Los días de cuarentena siguen pasando, las preocupaciones siguen en aumento y nuestras dudas por el bienestar de las familias y el futuro del país siguen siendo tangibles a lo largo y ancho del territorio nacional. Si algo nos enseña esto, es que no importa qué mal biológico aqueje al mundo en este momento o qué nefasto personaje de nuestra política decida vernos la cara esta vez, siempre habrá algo que seguirá alimentando la pandemia global más antigua del mundo.

 

Es por eso que una vez más, por alguna extraña razón, volvemos a citar a otro tierno grupo de jóvenes que ha decidido dedicarse a este trabajo tan poco convencional que es jugar al músico. “El virus de la tristeza y la desesperanza nos aqueja desde hace muchísimo. Sin embargo, encontramos la cura, siempre supimos cuál era: la cura es la música” aseveró Pablo, guitarrista de la banda cuyo nombre aún no hemos podido descifrar, aunque sabemos que provienen del denominado “Barrio Calavera”, al parecer en la zona Sur de nuestra hermosa capital limeña, cuna del Pisco Sour, donde tan rico se come.

 

El ritmo sabroso y contagioso de su nueva canción “La música nos salva” puso a bailar hasta la última célula de cada uno de los miembros de este prestigioso diario y su renombrado cuerpo de investigación. No estamos seguros de qué tipo de cura o sacerdote profesa ser, pero esta nueva religión millenial seguro que dará que hablar por lo curioso de sus cánticos y el innovador color de sus sotanas.